¡Volvemos a Narnia! En la reseña del primer libro, El sobrino del mago, comenté que había pensando analizar cada uno de los libros que componen la colección de Las crónicas de Narnia por separado. Hoy toca El león, la bruja y el armario.
Después de leerlo, estoy muy de acuerdo en que es mejor disfrutar de los libros por orden cronológico y no por el de publicación. Quedan mucho más claros los detalles y la base de la que se parte es más sólida y por lo tanto, la historia que idearemos en nuestra mente estará mejor armada.
En El león, la bruja y el armario los protagonistas no son los mismos que en El sobrino del mago. Han transcurrido bastantes años entre una historia y otra pero hay un elemento que une ambas historias, además de la propia Narnia.
¿Te vienes a descubrirlo?
El león, la bruja y el armario
El armario. Esa es la clave que entrelaza los dos primeros libros. En El sobrino del mago, crece un árbol en el jardín de los niños en Londres cuya semilla proviene de Narnia. No te contaré cómo consiguen esa semilla para no desvelarte una parte importante de la historia 😉
El caso es que ese árbol, después de muchos años, se convertirá en un armario mágico que comunica el mundo que conocemos del de Narnia. Otra peculiaridad entre Narnia y nuestra realidad es el paso del tiempo. Lo que para nosotros resulta ser tan solo unos minutos, en Narnia se traduce por años. De ahí que las aventuras que van a vivir Peter, Lucy, Susan y Edmund les supongan hacerse muy mayores.
Esta historia arranca cuando estos cuatro hermanos se trasladan a una casa muy alejada de la ciudad y al cuidado de un profesor peculiar. Un día, mientras investigan esa mansión tan extraña, Lucy descubre el secreto que oculta el armario y porqué Narnia vive anclada en un invierno perenne pero sin Navidad. La malvada Bruja Blanca mantiene ese hermoso mundo en un descanso helado y atemorizada de que se cumpla la profecía que terminará con ella.
El personaje del profesor no es determinante en la historia salvo en un momento en el que ayuda a los niños a reflexionar ya que estos no creen la historia que Lucy cuenta.
—¡Lógica! —dijo el profesor en parte para sí mismo—. ¿Por qué no enseñan lógica en las escuelas de hoy en día? Existen solo tres posibilidades. O bien vuestra hermana miente, o está loca o dice la verdad. Sabéis que no miente y resulta evidente que no está loca. Por el momento, pues, y a no ser que aparezcan más pruebas, debemos dar por sentado que dice la verdad.
La importancia de los valores
Al igual que en el primer libro, los valores son fundamentales en esta historia. En un punto, Peter y Susan se disculpan con su hermana Lucy por no haber creído su historia e incluso, haberse burlado de ella. Sin aspavientos ni situaciones complicadas, pedir perdón es algo básico y natural por mucho que nos cueste.
Peter se volvió inmediatamente a Lucy.
—Me disculpo por no haberte creído —dijo—. Lo siento. ¿Nos damos la mano?
Otros valores importantes son la valentía, la verdad y el amor sincero. Tanto los niños como los animales con los que se relacionan en Narnia, reflejan que la diversidad es buena y no supone ningún peligro, todo lo contrario. Forjan lazos que determinarán el desarrollo de sus personalidades, que por cierto, se ven muy bien reflejadas.
En El león, la bruja y el armario hay mucha más acción y giros inesperados, para ser un libro infantil-juvenil, en comparación con el primero. Un ejemplo de ello es la batalla que libran con la bruja. Otro de esos giros que me hizo reír a carcajadas fue la aparición estelar de Papá Noel. Como lo estás leyendo, no solo es que Papá Noel aparezca en la historia es que encima, los regalos que les hace a los niños van a ser vitales.
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Amor y luz ?
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